jueves, 9 de diciembre de 2010

Laiccionario (VII) (corregido y aumentado todavía más).

Antes: Expropiación de cuentas bancarias.

Después: Corralito.

Ahora: "Ataque de piratas informáticos".

Del "¡Exprópiese!" al "¡Hackéese!".

Porque "expropiar" es lo que le hacen a la gente cutre, en los países tercermundistas. A nosotros, que somos más cool y vivimos en "democracias avanzadas", nos "hackean" (que tiene mucho más glamour).

"¿Y dices que tu dinero ha desaparecido de tu cuenta? ¡Ah! Se siente...¡qué mala suerte, chico! Pero tranquilo, que no somos Irlanda".

El nuevo nombre que se han inventado para el robo generalizado queda más guay, reconozcámoslo. Y hasta parece que ellos no tienen nada que ver con el asunto...

2ª opción:

Aunque también hay otra posibilidad:

"Para protegeros de estos malvados piratas informáticos, con los que nosotros no tenemos nada que ver (¡claro que no!), no tendremos más remedio que imponer una cuota máxima de euros al día y por persona de los que podréis disponer. Pero es por vuestro bien, que conste".

Es decir, que "tendremos" dinero en el banco, pero en realidad, tendremos un tío en Alcalá, porque serán "ellos" los que decidan cómo y cuándo podemos disponer de ese dinero (que nos dirán que sigue siendo nuestro, pero actuarán como si fuese "de nadie", uséase, suyo).

Y es que a los pobres que no tienen derechos y libertades, se les racionan los alimentos. A los pudientes que tenemos derechos y libertades y vivimos en "el peor de todos los sistemas políticos, descartando todos los demás" (como dijo un obeso borrachuzo que no conocía otro sistema político que éste, por lo visto), se nos raciona el dinero con el que podemos comprar dichos alimentos.

Al final, la Salgado se va a salir con la suya, oye.

3º Opción:

Como venimos repitiendo en este blog (ya saben lo que nos pasa a los que asamos la manteca cuando cogemos la linde), estamos en la era del porqueyolovalguismo. Y en la era del porqueyolovalguismo, las cosas (también las expropiaciones y los corralitos) se hacen de manera fina y segura. Así que nos hemos preguntado (algunas de mis múltiples personalidades disiente, pero está en franca minoría) qué podrían estar tramando los Pepiñólogos (o qué han tramado ya) para hacerlo y, que encima, se lo agradezcamos.

Podría ser la opción número 2 reseñada arriba, pero se me ocurre otra:

Ataque informático, desaparición del dinero, la gente cabreada (¿habrán sido los controladores aéreos?), se deja el miedo y el cabreo ciudadánico cocerse y recalentarse un par de días al baño maría (y perdonen ustedes la confesionalidad de esta expresión), y, una vez perdida toda esperanza (por cierto, ¿alguien sabe algo de la Aguirre?), ¡zas!, aparecen los que ya sabemos para traernos una solución:

El dinero se ha volatilizado (se reencarnará al tercer día, por lo civil, seguramente, en alguno de esos santuarios piratas creados por el Imperio Británico llamados "paraísos fiscales", imagino), pero papá Estado siempre tiene arreglo para todo: Os regalamos bonos del tesoro, que no son de nadie (porque nadie los quiere, dicho sea de paso).

Desde luego, si los Pepiñólogos están pensando hacer esto último (o así lo han decidido hace tiempo) les rogaría, si no es ya demasiado tarde, que impriman los bonos, no en papel timbrado, sino en papel higiénico (aunque sea del "¡Mamá, rasca!"), para que por lo menos tenga alguna utilidad (y no me refiero sólo a la más evidente).

PS: Y si nos habíamos creído que Eric Cantona y el Wikilicuatre tampoco eran de nadie, sino del viento, pues va a ser que no. Son de los de siempre, de toda la vida (que los que "no son de nadie", no salen en la portada de la revista Time).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En el fondo que mas da como lo llamen, cuando la gente tenga el dinero racionado durante mas de 2 meses, dará igual a quien culpen. Las medidas para "protegernos" de los controladores, colaron con facilidad por que afectaron negativamente solo a los controladores. Pero si para "protegernos" de los "hackers" las medidas que se toman nos afectan a todos, la cosa no va a ser tan facil de asimilar por el borreguerio.

Museros dijo...

Es posible, Anónimo.

Pero, hasta ahora, por desgracia, sólo tenemos razones para pensar que la gente, con el tiempo, se acostumbrará. También ayuda, por supuesto, el discurso complementario, que nunca falta ("Es que la única alternativa es ésta otra, y es todavía peor").

¿Que nos quieren subir la gasolina? Pues se inventan unos "especuladores" (nunca dicen quiénes son, quizás sean los propios gobiernos) que ponen el precio del petróleo por las nubes. Luego, cuando el petróleo baja, nadie reclama que la gasolina baje (ya nos hemos acostumbrado a los nuevos precios).

Cuando ocurra (si ocurre, que, a lo mejor, el que está especulando aquí soy yo), la gente se preocupará, ante todo, de que le proporcionen unos culpables a quien linchar públicamente y con los que desahogar su enfado, pero se olvidará de reclamar lo que le quitaron.

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